Este es unos de los sitios más emblemáticos y antiguos de Marmolejo. Se encuentra situado en el cruce que une la calle San Antonio con Francisco Calero Herrero. Su nombre se debe al apodo por el que se conocía a los dueños de la tienda que se encuentra en este mismo lugar, el bazar Solís. El establecimiento está conservado tal y como lo tenían sus dueños y dentro puede comprarse desde un botón, a un souvenir de Marmolejo, pasando por un jarrón o un juego de mesa. Además, en la época de esplendor de Marmolejo con su balneario como seña de identidad era en Los Solises donde se compraba el vaso y la funda para que los agüistas tomasen las famosas aguas de la localidad. Como las construcciones típicas de Marmolejo de principios de siglo, el edificio en el que se enclava esta esquina está construido sobre piedra azucareña, una piedra rojiza muy grande que se desmorona como el azúcar cuando se moja. Esta piedra puede verse todavía en la esquina, ya que se ha dejado al descubierto y sobre ella hay una placa en color verde y amarillo con la siguiente leyenda: «Francisco Solís Padilla. Extensos surtidos en regalos, vistas, recuerdos, cerámica artística, vasos y funda». Existe una expresión típica en el municipio haciendo reseña a este lugar: «Eres más viejo que la esquina de los Solises».
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